balcón


 

La menta crece. Se reproduce por rizomas. No me acostumbro a llamarla «hierbabuena». Puse algunas hojas en el té, otras en una pata de pollo.

29.2.04 | # |


En una maceta hay mucha albahaca apiñada. Las hojas son pequeñas y oscuras, los tallos son cortos y endebles. En otra maceta hay solamente tres o cuatro plantas y son más altas, esbeltas y saludables.

28.2.04 | # |


Puse todas las plantas imprevistas en una misma maceta. Hay trébol, un malvón minúsculo, una planta sin nombre, un retoño de la que supo ser menta, otra planta sin nombre, dos que por su ímpetu parecen ser falsas alegrías del hogar y algo que intuyo será ciboulette porque nació junto al orégano. Ya veré cuál predomina y cuáles son avasalladas y expulsadas. Casi un reality show.

25.2.04 | # |


Las hojas amarillas y secas son vistosas. Le dan variedad cromática al balcón. Pero las arranco igual.

23.2.04 | # |


Hace un mes, el sol se ponía en la rendija entre un edificio y un pino. Ahora retrocedió un poco y se pone justo detrás del pino. El otoño se acerca.

22.2.04 | # |


Me estafaron. Creo que no tengo menta sino hierbabuena. Son idénticas en casi todo, pero la menta tiene el tallo rojizo y la hierbabuena, tal como la planta en mi balcón, tiene el tallo verde. La menta recibe muchos nombres y hay muchas variedades y nadie parece estar seguro de nada.

21.2.04 | # |


Arranco las hojas secas y las pongo en un recipiente de plástico. También meto los pétalos de los malvones y los tallos inservibles. Quiero hacer compost. Se acumulan residuos vegetales de distintos colores, como en capas geológicas, como en un souvenir de Jujuy.

19.2.04 | # |


Hoy miré las plantas.

18.2.04 | # |


Me suscribí a un boletín electrónico del INTA. Así me entero de que la roya asiática es una importante enfermedad de la soja, de que la campaña del trigo fue excelente y de que los wichis comen iguanas.

17.2.04 | # |


Todas las macetas son iguales. Tienen dieciséis centímetros de diámetro. Hace unos días fui a comprar más; tenían de catorce y de dieciocho centímetros, pero no de dieciséis. Me fui sin comprar nada. El balcón hubiera quedado desprolijo.

16.2.04 | # |


Desde que tengo plantas en el balcón veo más plantas. Cuando paso por jardines o patios ya no hay un verde monótono. En la calle, distingo los viveros o los puestos de flores del resto del paisaje. Miro balcones ajenos desde la vereda y reconozco pereza en el riego o manías de anciano.

15.2.04 | # |


Hay catorce, quince ajíes. A medida que maduran se vuelven de un color rojo más intenso. Ahora conviven distintos tonos de amarillo, naranja y rojo.

13.2.04 | # |


Sobre las flores de orégano hay abejas. Son negras y tienen barriga amarilla. De lejos parecen moscas.

12.2.04 | # |


Llegó el día. Acerqué la maceta con la planta de papa y clavé la cuchara de metal. Saqué la tierra y la desmenucé con las manos. Entre las raíces había tres papas. Una tenía el tamaño de una pelota de ping pong; era la más grande. La segunda parecía un capuchón de birome. La tercera era tan diminuta que la perdí. Quedé decepcionado.

11.2.04 | # |


En el vivero: «Lo que más sale es la alegría del hogar».

10.2.04 | # |


Le regalé a Darina una hoja de albahaca, una de menta y una de orégano, para que las conociera también por el olor. «Me gustan las hojas chiquitas», dijo, y me mostró una que tenía guardada.

9.2.04 | # |


En las macetas aparecen plantas imprevistas. Las semillas deben llegar mezcladas con la tierra, o quizás suspendidas en el aire, desde otros balcones. Las dejo crecer, por curiosidad. Así apareció la falsa alegría del hogar; a veces crecen tréboles, pero lo habitual es que resulte una planta desconocida y sin nombre. Debería recurrir al concepto de «yuyo» y arrancarlas a la primera insinuación, pero no me decido.

8.2.04 | # |


Dejé de preocuparme por los pulgones, y los pulgones desaparecieron. Será como en las películas de terror, donde los monstruos surgen de la mente de los protagonistas, de sus sueños, de su pasado.

6.2.04 | # |


¿Habrá crecido una papa debajo de la planta de papa?

5.2.04 | # |


Había un animal monstruoso en el tallo de los tomates: de unos tres centímetros de largo, era como una lombriz, como una gata peluda pero sin pelo, como un gusano. Lo quité despacito con una hoja de malvón y lo tiré en el jardín de los vecinos, cuatro pisos para abajo.

4.2.04 | # |


 




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